Saturday, November 10, 2007

¿Sabían que llamaron "Memoria de mis putas tristes" un cuento de hadas?

Ante eso, reitero mi disgusto con los temas del autor y su obra reciente. Desde el otoño del patriarca pocas cosas han valido la pena. Lo mejor de la "memoria" es que se lee en menos de dos horas. Tediosa y cliché, la historia carente de novedad y sin giros inesperados. Sabe a una galleta rancia.


Todos tenemos a nuestras putas, pero yo no creo que sean tristes. Nosotros somos los "tristes" (si es que alguien debe portar ese calificativo) puesto fuimos nosotros quienes buscamos putas, nos encontramos en situaciones vacías, buscando y sin nunca encontrar ese "algo más". Las putas podrían ser las arpías que viven de nuestro sufrimiento. Seres que se deleitan de nuestra búsqueda en lugares equívocos, nuestras falsas convicciones de que les queremos o necesitamos; jamás. Creo que es lo contrario. Mientras que a ellas les damos parte de nuestro ser, el que estemos con ellas y no con otros refleja nuestra triste y patética realidad personal. ¿Porque las buscamos? ¿Qué placeres nos dan nuestras putas que nadie más puede darnos?

Lentamente, todas las mías se han ido retirando. Las razones varían mucho. El compendio espacio-tiempo ha cambiado. Los días de gloria han pasado. No moriré sola a mis 90 años, pero no puedo negar que ahora no esté sola, abandonada y desamparada anímica mente. ¿Qué pasó?

0 Comments:

Post a Comment

<< Home