Thursday, March 20, 2008

-Déjame. Yo no tengo la culpa.
-¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que ha pasado?
-Sin duda, todo fue por casualidad. Yo, como ya te dije, no fui partícipe en ello y no creo que debas meterme ahora.
- ¿Cómo te puedes lavar las manos de esa manera? Es como si hubieras faltado adrede.
- ¿Qué te hace pensar eso?
Marco había cambiado de tono radicalmente con ese ultimo comentario. Desde una postura mucho más nonchalant sobre su innecesaria participación, se había puesto a la defensiva.
-Juan me comentó que no ibas a ir la tarde anterior.
Su cara jamás había estado más inflamada. Se puso rojo y tenía en sus pupilas la furia.
-Como… como… como es posible.
Tartamudeaba, dudaba de si mismo. Volteaba a todos lados locamente.
-Eso, eso es imposible, respondió Marco, y en efecto lo era. No había visto ni hablado con Juan en menos de dos semanas, pero curiosamente, tanto Juan como Marco habían evitado aparecer esa fatídica tarde. Su ira y confusión comprobaban lo que me temía, en efecto, Marco había sabido mucho más de lo que nos había dicho a nosotros. Aún a pesar de que lo hubiera negado vez tras vez. Su agitación le delataba más de lo que las palabras jamás serían capaces de hacerlo. Opté por seguir un poco más.
-¿Y porqué es imposible? ¿No crees que Juan nos haya contado todo? Eres un ingenuo, si crees que él no estaba interesado en salvar su pellejo antes que el vuestro.
Marco estaba vuelto loco, giraba sobre su eje mientras caminaba por el cuarto, no se percataba de nada.
-Pero como es posible.. a quienes les dijo. ¡Dime que te dijo! ¡Puta madre, yo sabía que no era de fiar! Les dije que no le dijeran, pero no me escucharon. ¡Y ahora esto!
Sonreí por dentro, esta era la confesión; lo más cercano que íbamos a llegar a tener. Vaya, su estado de agitación lo tenía vuelto un animal, no sabía lo que decía. Ya no estaba en este cuarto con nosotros, estaba imaginando como le iban a cobrar esas cuentas. Que iban a decir de él y cuales serían las represalias.
-¿Ahora si nos dirás la verdadera razón por la cual faltaste el dos de octubre?


Demasiada sangre había sido derramada ya, sangre inocente, otra no tanto. Pero los verdaderos culpables seguían impunes como siempre. Muy curiosa la manera en la que se institucionalizaran tan rápidamente.

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