Era poco después del medio día, estábamos en la casa de Juanjo. En su jardín con las mesas largas del Magic. Alguien atendía la parrilla. Había varias botellas de vino sobre la mesa y muchísimos botes de cerveza. La hielera estaba como a la mitad y eso que llegamos temprano. Me senté en la mesa a platicar con Danny y David, tranquilo, qué el metal, que la política, que la realidad social, que somos productos del capitalismo. Sí, ya me la sé todo está terriblemente jodido, pero por lo menos tenemos cerveza, la parrillada y los amigos.
Le dije a Fox que ya no tardaba en irme, una caguama más a lo sumo. Muchas gracias, te adoro, te quiero, ya te la sabes.
A lo lejos vi una silueta llegando. ¿Acaso eras tú? El porte, la vestimenta... a la distancia, la noche, las sombras, el humo de la carne asada...no, no podía ser. Me habrían dicho si ibas a venir. No es que nos evitáramos, es sólo que ya hacía mucho que nos dejamos de frecuentar y no habíamos vuelto a coincidir. Un poco por los amigos, que después de varios percances tácitamente habían decidido alejarnos. Después de eso, simplemente los círculos sociales se fueron alejando y vaya, no recuerdo la última vez que te había visto... pero claro que no eras tú. Lo ignoré y seguí platicando con Fox, después con el Kid, el Java. ¡Qué buena rola habían puesto, The Cure! Me acerqué a la mesa donde estaba la consola de música para ver quien había puesto la rola, ¡David, qué buena elección! Bla bla bla. Regresé a la mesa por mi bolso, ya era hora de partir, había otra fiesta en casa de Ximena y se hacía tarde, siempre podía regresar aquí en la madrugada.
Voltée y mi corazón se detuvo, mi sangre se heló, de reojo te ví. Definitivamente eras tú. Me acerqué, te saludé. ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! Te he echado de menos, ¿qué tal la vida de pequeño burgués? Cuéntamelo todo. Platicamos unos minutos, el gusto inmenso que invadía mi cuerpo me puso de un humor excepcional, miré el reloj, ya no tardaba en dar la una. Me disculpé, me habría encantado platicar toda la noche contigo para ponernos al tanto, sin embargo había quedado con Ximena, se hacía tarde y me retiré.
2.30 am, regreso a casa de Juanjo. Ya agarró ritmo la fiesta, algo de Rotersand está sonando -Exterminate, Anhilate, Destroy- ahora son 4 hieleras y están casi llenas; delicia total. Destapo la cerveza, y miro a los congregados afuera, sonrío, tantas amistades. Adoro a Ximena, pero ésto es una fiesta, no las reunioncillas de niñas que le gustaban. Quedó de llegar cuando terminara de cerrar la casa, ya veremos.
Te veo parado al lado de una chica que me parece vagamente familiar. Te miro a lo lejos, tienes un brazo al rededor de su cintura, platican ustedes dos con cierto grado de intimidad. Cuando salen de la casa le prestas tu chaqueta, vas y le traes una bebida. Te sabía atento, jamás te había visto a ese grado. Saludo a unos amigos que me hacían falta, platicamos. Yun propone ¿unas cartitas? Sí, claro por qué no. Jugamos tres juegos de Magic, Yun ganó. Te veo caminando hacia la hielera y te intercepto.
-¿M. qué tal la fiesta? ¿Cómo la están pasando? Te ries y niegas con la cabeza.
-Muy bien, gracias. No sabía que vendrías.
-Yo tampoco sabía... ni que vendrías tu, ni si vendría yo, pero finalmente era necesario. Juanjo me prometió dejar probar su nuevo proyector y sonido cuando se tranquilice todo en la madrugada.
-A mi me hizo una promesa similar.
-Y con quien vienes, no creo conocerla.
-Se llama Laura, es una amiga.
-¿Amiga?
-Bueno, más que amiga, pero alivianada. Te caerá bien, ven, las presento.
-M., ¿está embarazada?
-Sí, ¿cómo supiste? Apenas se le nota.
-Intuición, supongo y la pregunta, ¿es tuyo?
Volteas como buscando un lugar donde escapar, y al no ver salida me contestas.
-No sé, la verdad es que tuvimos varios momentos, pero es imposible saberlo a estás alturas. Como sea, estoy con ella hasta que se resuelva.
Despierto en un sillón en la sala de Juanjo. Afuera se escucha Pet Shop Boys y sé que está dando las últimas patadas de ahogado la fiesta. Serán unos metaleros empedernidos, pero tienen su soft spot por un poco de synth pop. No recuerdo en que momento decidí venirme a acostar unos minutos, ¿o habrán sido horas? no importa. Es verdad, estuve platicando con Laura, con Juanjo. David me dijo que me tomara unos shots. Maldito David, bien sabe como me pongo con shots. En fin. Voy al baño a mirarme en el espejo; dentro de lo que cabe, me veo bien. Me lavo la cara, enjuago la boca y salgo en busca de una cerveza. Las hieleras están vacías.
-Es en serio, ¿no queda nada? Me voltea a ver Fox con una sonrisa pícara.
-¿Qué nos crees Vikinga? ¿Amateurs? La hielera VIP está en el cuarto de servicio, ya te la sandwich.
Me siento un poco tonta por no haberlo adivinado, siempre dejábamos una hielera de reserva en el cuarto de servicio. La verdad es que seguía medio adormilada. Me destapo una caguama; ambrosia de los dioses, divino nectar, comienzo a revivir. Bien, ¿ahora qué sigue?
Camino por el patio, recojo unos vasos olvidados, unos envases vacíos y los coloco en los cartones. Se interrumpe la música y se escucha: "maybe I didn't treat you, quite as good as I should. Maybe I didn't love you quite as often as I could" volteo hacia la consola y regresándome la mirada el Kid quien anuncia "y ésta... ésta va para la Vik."
-Quixotas si vamos por las indirectas, va New Life.
Dos segundos después comienzan los primeros maravillosos acordes de Depeche Mode. Cierro los ojos un instante e inhalo la hermosa melodía.
-¿Ya van a empezar con sus jotadas? pregunta David.
Y con una perfección que sólo Enri con su voz tan entrenada podría hacer, comienza a cantar acapella "You shut your mouth, how can you say, I go about things the wrong way?"
A unísono ella y el Java terminan con "I am human and I need to be loved, just like everybody else does..."
-Ya ven, ni necesitamos estéreo.
Entro a la casa. Proviniendo del cuarto de José se escucha Ed Guy, voy a la sala y veo a Juanjo.
-¿Deja adivinar? ¿Fifa?
-Sí, ¿gustas?
-Mejor guárdame una reta cuando jueguen un shooter.
Voy al cuarto de José, ahora escucho a Opeth a través de la puerta. Al abrirla el olor a hierba me obliga a dar un paso atrás. Dios.
-Chicos, ¿seguro que no quieren abrir una ventana? digo riendo.
Me siento en la esquina de la cama. Casi es el final de Deamons of the Fall. De repente alguien sale del baño. Claro, tenías que ser tú. En esta nube, algo así tenía sentido. Te sentaste a mi lado. Me dijiste que me habías buscado después pero que había desaparecido. Pongo mi dedo índice sobre tus labios, Opeth es demasiado delicioso para interrumpir.
Abren la puerta, -vamos a jugar Halo, ¿gustan? Salimos casi todos, vamos a la sala excelsa de Juanjo. Mega pantalla home theatre... que su mamá le crea qué se lo compró con lo que gana en la empresa.
Son las 11 am, casi todos están dormidos, sigues en la consola del otro cuarto. Me levanto después del juego y me te masajeo los hombros un par de minutos.
-¿Qué planes tienes para hoy? Me volteas a mirar.
-Ninguno, supongo que eventualmente dormir.
-¿Vamos al cine?
-¡Al cine! dices con incredulidad, -Nunca hemos ido al cine.
-Sí, ya sé, pero es buena hora para una matiné y aún no tengo sueño. ¿Te apetece?
Accedes algo extrañado.
Despierto abrazada de ti en una cama, ambos completamente vestidos. Comienzo a recordar, después del cine estuvimos platicando largo rato, por fin, el cuerpo no pudo más y nos quedamos dormidos. Sonrío al mirar tu cara. Estás durmiendo tan plácidamente. Es una lástima que tenga que hacerlo.